Unreliable Narrator

Bitácora N.6
Interior - Noche - Quibdó, Chocó - Habitación de Olivia.

Pensando en mi familia me doy cuenta que somos como los Buendía, solo que, en lugar de Aurelianos o Jose Arcadios, existen un montón de Santiagos o varias repeticiones de nombres entre nosotros. Así me pregunto qué tan colombiana será esta costumbre de ponernos los mismos nombres a la descendencia. Es gracioso en extremo, raro. 

Llegué hace dos días, en algún punto del vuelo tuvimos un susto que se condonó de inmediato por la rapidez con la que llegamos. El mundo corre, más en estas fechas. Tenía dos semanas por delante y los deseos de compartir la navidad con mi familia paterna, seguro he subido un par de kilos porque ayer fue noche buena y comí un montón, también sobró un montón de comida, hoy incluso había la suficiente como para repetir dos veces. La expareja de mi papá dijo que era mejor que sobrara a que falte, pero yo me permito estar en desacuerdo. He pensado en las personas que no tienen nada qué comer estos días. No quiero ser esa clase de mujer que no disfruta de los placeres por pensar en lo que a otros les falta en el mundo, pero no he podido evitar mi atención yéndose a esas instancias, creo que es un privilegio que haya abundancia de comida pero no creo que la gula sea mejor que las ganas de cocinar más y más alimentos cuando ya existen platillos en la nevera esperando por ser calentados, consumidos. Hoy cocinaron de nuevo. Me pareció innecesario hacer una sopa cargada para los que se quedaron bebiendo toda la noche, porque al final ni siquiera la tomaron, comieron de lo que ya había (y siguió sobrando para todos), yo qué sé, lo veo como un exceso. Al mismo tiempo, tengo la consciencia de que hay muchos estando solos, otros no teniendo mucho para preparar, por lo que sus experiencias no serán tan festivas o alegres. Me puse a pensar en lo egocéntricas que son las redes sociales al centrarse solamente en ver la vida de los demás a comparación de la tuya: te enseño lo que tengo y lo que vivo sin importar en lo absoluto cómo la estás pasando. No podemos preocuparnos ni cargar lo que otros atraviesan, eso sí, pero no sé, sigue pareciéndome todo tan superficial e insoportable. 

Me instalé en la habitación de mi abuela, quien en estos momentos se encuentra en otro pueblo, su pueblo natal, y yo tengo unas ganas hace meses de saber de ella, de su infancia en ese pueblo, y escribir acerca de eso. Quiero tener un momento de charla con ella, entrevistarla, saber sus mejores recuerdos y plasmarlos todos, porque lo poco que he sabido me ha dejado con un sabor agridulce en la boca de todo lo que se deja atrás. Es un tema que me toca la fibra, pensar en la vejez, en el pasado de esos que de a poco se van avanzando en años. Le comenté hoy a mi mamá sobre le Madonna whore complex y me dijo que debería escribir algo al respecto ya que creía que solo era una teoría mía, le comenté que ya está escrito, me respondió que escribiera desde mi punto de vista. Hace tiempo tengo ganas de hacer un libro sobre la experiencia femenina, más específico, la experiencia que he llegado a tener en mi al rededor al crecer siendo hija, sobrina, o nieta, de hombres que me enseñaron lo que ahora rechazo tanto. Así que es un proyecto que intentaré crear de a poco, por ahora solo quiero descansar, no hacer absolutamente nada, y disfrutar estos días libres sin arrepentimientos.  

Lo único que he hecho ha sido dormir, comer, dormir de nuevo, comer de nuevo, y seguir durmiendo. He sentido ansiedad, y he estado bastante tiempo sola en mí misma, pero lo que más he hecho, es seguir leyendo "Cien años de soledad" me ha gustado un montón, me encanta cómo narra Gabo el amor, cómo retrata el amor candente o la pasión de los personajes cuando se enamoran o cuando sienten que quieren unirse a otro. Amé mucho la representación de Jose Arcadio Buendía hijo, a pesar de que se supone que está hecho para ser medio repulsivo por ser un patán ordinario. Cuando se habla de su amor con Rebeca, es mi cosa favorita, y lo más triste es que no se haya seguido hablando de ello. Lo más constante ha sido Úrsula y Aureliano, Amaranta ha logrado mantenerse por esa aversión al placer y prolongación del dolor autoinfligido en cualquier forma, pero del resto, todos han sido simplemente borrados para que sus desapariciones abran paso a otras historias y, quizás, es solo un reflejo de lo que es la vida. 

Años antes en navidad solíamos ser muchos, ahora somos unos cuantos, más niños que adultos, solía ser al revés, pero no se sintió mal, incluso sin mi abuela con nosotros, fue algo más bien tranquilo. Nuestra mayor tragedia familiar ha sido perder a mi abuelo, porque desde ahí las navidades no volvieron a ser las mismas, y eso que él solía ser algo silencioso, alguien más bien retraído de todos. La noche pasó tan rápido que ni tuve tiempo de sentir nostalgia, quería escribir mis propósitos para el otro año pero ya lo he hecho mil veces, solo debo comenzar a hacerlos. Me tomé dos cervezas, me comí dos o tres porciones de postre, y dormir fue tarea difícil con la música a todo volumen, algunos adultos bebiendo en el antejardín, estuve consciente toda la noche, así que hoy solo pude dormir y dormir, pero no me arrepiento de nada. 

Estuve leyendo un par de blogs desde mi celular, y me pregunto siempre por qué no puedo escribir con brevedad, por qué no puedo ser más espontánea, por qué mi blog parece más un basurero emocional de descargos y desahogos en lugar de una actualización breve y divertida de cómo van las cosas. El enemigo del avance es la comparación. Hace mucho calor, vivo pegada al ventilador, cambio de tema como si no hubiera mañana, en mis auriculares suena Soko y espero que la noche pase pronto porque dormir sola en esta habitación no es una experiencia tan agradable. 

P.D. Usualmente renuncio a escribir porque siento que no ha pasado nada que valga la pena de ser contado, así que solo podría hablar del anhelo eterno que ha sido mi paso por el mundo, serían todas mentiras en lugar de hechos, me cierro de inmediato. Suena first love never die de fondo.