lunes, 4 de agosto de 2025
del mal dormir
sábado, 19 de julio de 2025
¿Cuánto tiempo llevo desenamorada?
Ha pasado un montón de tiempo desde mi ruptura, o desde que dejé de pensar en ella a diario, pero la otra vez me la nombraron, me contaron algo de ella que ni siquiera supe si era real o mentira, y no sentí absolutamente nada. Eso me sorprendió. Me tomó desprevenida el no sentir nada al respecto, el hacer las pases con el pensamiento de Dolores desvaneciéndose en un rinconcito de mi cabeza, después de todo, ni siquiera tengo fotos a las cuales aferrarme, o recuerdos de experiencias tangibles con las cuales fantasear, no tengo nada. Sus facciones ya no las recuerdo de manera clara y me pregunto si alguna vez pude verlas bien. Al principio me preguntaron si la conocía, con recelo no quise responder, pero cuando me dieron el contexto, pude confirmar que era mi ex, incluso la persona me preguntó si es que deseaba dejar el tema ahí, pero le invité a seguirme preguntando qué era lo que quería saber. Nada malo, tampoco del otro mundo, solo querían localizarle en el espacio-tiempo de unos recuerdos en los que yo ni siquiera existí. Acepté con humildad la idea de que Dolores tuvo una vida antes que yo de la cuál no puedo hablar u opinar, y que al final, tampoco quiero, ni siquiera quiero hablar de esa vida que tuvo conmigo porque de lo único que puedo hablar es de mí, de mis emociones ya disipadas, de las promesas incumplidas o las palabras que tanto afirmamos ser reales, algo que no tiene que saber nadie más que ella y yo. Supe que ya no estaba enamorada cuando me di cuenta que, al amar, solemos decir que es ese el momento, es ese, no hubo otro parecido antes, seguramente no habrá otro después, es ese el momento, es esa la persona, pero después uno duda, siempre hay más personas, siempre hay más momentos, y me alegra que la vida no termine ahí o se reduzca solamente a ello. Me alegra saber que puedo experimentar algo más que solo una voz al otro lado de la línea. Me especularon que la Dolores que solté ya tenía pareja, y no sentí nada, ni dolor, ni alegría, fue una plenitud increíblemente satisfactoria, como si me estuviesen hablando de las novedades del clima que hace, o escuchara las noticias de la radio: a los minutos lo había olvidado, y el tema pasó a ser otro totalmente distinto, otro más interesante.
Hoy recordé esto porque hubo una pregunta que apareció: ¿vale la pena vivirlo todo, incluso el sufrimiento o no vivir nada y no haber estado enamorado nunca? ¿Hace cuánto no estoy enamorada? Me pregunté. ¿Cuánto tiempo llevo desenamorada de aquella que, rogaba a Dios siempre, fuera la indicada para mí?
Bitácora N. 10
Últimamente me ha llegado un pensamiento a la cabeza: ¿cómo podría ser de nuevo lo que fui? ¿Cómo dejo aflorar mi creatividad para crear como antes? Hace dos días pinté algo para mi hermana, al princpio comenzó todo como un chiste, me dijo que había un concurso de pintura en su trabajo, así que me dio los materiales y me dijo que le pintase algo para que pudiera ganar ya que claramente es solo para empleados. No quería hacerlo, pero al tener un bastidor, una cajita básica de pinturas de colores primarios, dije, ¿qué más da? El resultado me fascinó, y el tiempo se me fue volando mientras lo hacía.
También me inscribí al concurso de "Medellín en 100 palabras" y aunque los cuentos no los pueda postear hasta que todo acabe, le tengo fé a los 3 que inscribí, quién sabe, ¿y si gano? ¿y si quedo en el primer lugar? Me gustaron muchísimo.
Merezco ganar ambos concursos, y es lo más optimista que he podido decir de mí o de mi trabajo en muchísimo tiempo.
Pero ese no es el tema. Ganar no es lo que me importa. El tema aquí es que me divertí mucho creando, más que todo cuando pintaba, me concentré tanto que cada trazo que realizaba lo sentía divino, mi mente sabía perfectamente que hacer, en sincronía con mi mano, podía ver la pintura acabada, lo que me daba más ideas sobre cómo combinar algunos colores para obtener otros, no seguí instrucciones, ni siquiera me restringí a que se tenía que parecer a algo, la pintura se hizo solita, yo solo tenía mis manos como herramientas. El proceso me fascinó. Cuando era niña pasaba mis tardes haciendo alguna manualidad con lo que fuera que tuviera en casa, rollos de papel higiénico y papel maché, cartulina y pegamento, pasaba mis tardes creando. Luego, en mi adolescencia, creaba también, pero digitalmente, ya que a esto se le sumó mi incursión a la internet.
Me perdí ene l momento en que me enfermé gravemente de depresión, más o menos a mis 17-19 años, no recuerdo casi nada de mi vida luego de eso, escribir era en lugar de un refugio, una actividad para vomitar todo lo que tenía adentro. Hay un vacío en mi cabeza con respecto a mi vida en esos años hasta el 2024 que comencé a despertar de a poco, antes de eso, creo que estuve adormecida.
Quiero volver a crear pero solo por el arte de hacerlo, no porque espere alguna ganancia de ello, esa era la única manera en que me nacía y me divertía, en que me gustaba, en que me atrevía a experimentar y tenía la voluntad para hacerlo, a veces lo subía pero otras veces solo me quedaba con ello, buscaba siempre la manera de seguir creando sin esperar nada a cambio.
Quizás de eso se trata, quizás eso me ayude a ser un poco más feliz ahora en mi adultez, quizás eso suprima la tristeza qu me consume, que me come viva a cada minuto, a diario.
sábado, 21 de junio de 2025
Naranja dulce, limón partido
Bitácora N. 9
limón partido
que yo te pido
Creo que me voy a resfriar. Hace dos semanas que mi papá vino a visitarnos a la ciudad, y debo decir que han sido los días más tranquilos de mi año, he podido aprender de él más en estos días que en todo este tiempo en que he sido su hija. Anteriormente, las pocas veces que nos visitaba, solía venir acompañado, también lleno de trabajo, lo que hacía que siempre estuviera disperso u ocupado en otras cosas (otras personas), pero esta vez llegó solo, fue como si lo tuviera solo para mí, comíamos juntos, hablábamos, y reíamos, sumado a que por fin descansaba como era debido, y reía a diario.
Cuando era niña solía esperarlo pegada contra la ventana cada vez que visitaba la ciudad, estar con él era mi cosa favorita en el mundo. Creo que estos días pude volver a sentir pequeños retazos de la niña que amaba a ese hombre y lo daba todo por pasar una tarde con él, a carcajada limpia. ¡Qué ganas de que mis recuerdos actuales de él sean tan adorables como los de antes! Al menos mi percepción cambia con los años, se va enterneciendo.
En este tiempo descubrí que le hubiese gustado estudiar gastronomía, también que le gusta la fotografía. Son momentos así los que me hacen pensar: es un ser humano más (algo obvio), en algún momento fue un niño y tuvo sueños, como yo, en algún momento quiso cosas para su vida, y esta fue moldeándolo de a poco, fue enseñándole qué camino le tocaba vivir.
Es extraño, a mí me genera muhca nostalgia pensar en este hecho.
Mis papás también fueron niños, también tenían sueños, también querían encontrar su lugar en el mundo, justo como yo.
¿Qué ocurre cuando crecemos que los años nos comienzan a aplastar? Que parece más visible la pelea contra la muerte que jamás ganaremos. Qué ocurre cuando uno mira hacia atrás y se da cuenta que en un abrir y cerrar de ojos todo yace extinto.
P.D. Suena el tecleo de fondo. Nada más. Mi papá prepara chocolate caliente, porque después de que supo que me encantaba, ahora lo prepara dos veces al día. La vida es muy buena y muy bonita hoy.
miércoles, 4 de junio de 2025
Sobrevivió el esqueleto
Bitácora N. 8
Aún me repongo de los estragos de Mayo, me pareció eterno, como si me hubieran metido tres meses en uno. A destacar resalto muchos acontecimientos, como por ejemplo que leí cuatro libros, dos de ellos en una misma semana:
*Stuart, A Life Backwards de Alexander Masters.
*The Hunger Games y *Catching Fire de Suzanne Collins.
*Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.
Para el primer libro, le escribí al autor en una de sus redes sociales, contándole lo que me había conmovido con la historia, que es acerca de una persona real que él conoció, y me respondió. Aquel hecho me hizo muy feliz.
Recuento:
En Mayo fui a cine dos veces (vi Thunderbolts* y Lilo & Stitch, la última con mi hermana). Asistí a un afrofestival con Lady Di. Me enfermé por segunda vez de una infección que no me daba hacía un año (hasta el día de hoy sigo tomando medicamentos para eso). Fui a un restaurante asiático que me gusta muchísimo por sus cócteles, a pesar de que no puedo beber una gota de licor por los antibióticos. No he bebido alcohol desde hace un mes precisamente porque he estado saltando de enfermedad en enfermedad (no hay mal que por bien no venga). Hice nuevos conocidos. Abrí otro blog para hablar de mi hermana. Re-abrí mis redes sociales. Tuve crisis existenciales que me hundieron dos veces y llegué a la conclusión de que tengo un impedimento crónico en el que no puedo estar alegre más de tres días seguidos, al menos ese es el récord de alegría, tres días. Ni siquiera felicidad, esa solo la sentí una vez en todo el mes. Pensé en Dolores a diario de manera ansiosa (cosa que ya se ha calmado bastante), pero no sucumbí en ningún momento a esa desesperación. No he sucumbido en todo este tiempo. Me topé con blogs nuevos, esperando que nadie nunca se tope con el mío (mentira). Me hice un montón de planes, no cumplí ni uno. Me reinventé un montón de veces, cada semana era una nueva.
Viendo hacia atrás, puedo valorar el mes que fue, todo lo que viví, pero experimentarlo de primera mano fue otra cosa muy distinta, se sintió como una montaña rusa de vueltas empinadas y mortíferas, aunque he aprendido a aguantar la respiración, a cerrar los ojos, a mantener la calma. Hasta ahora me recupero de las náuseas, requiero de medicina y ternura para remendar los daños colaterales. Supongo que de eso se trata la vida: de atravesar el tiempo como si de un campo minado se tratara, resultar invicto al final, pero magullado, y distinto.
A veces, cuando siento que estoy detestando un poco mi vida, me gusta recordarme que estoy viviendo la mayoría de cosas que quería para mí en mi adolescencia, y entonces intento levantarme un poco.
P.D. Seguiré levantándome las veces que sea necesario, pero a veces, también es reconfortante dormir en el piso. Suena Possibly Maybe de Bjork al fondo.
martes, 20 de mayo de 2025
Solo hay cenizas
Hace unos meses solía sentirme adormecida gran parte del día, no estaba habitando ese espacio sino uno de ensueño. Era una sensación letárgica en donde mi mente nunca estaba presente, luego caía la noche y no lograba dormir para nada. Mi vida continuaba, de todas formas, mis días pasaban sin compasión ni misericordia, era una tarea compleja conciliar el sueño en la madrugada, y en las mañanas ni siquiera sentía ganas de moverme de la cama: trabajaba en automático en lo que poco a poco mi rendimiento empeoraba, quizás por la ansiedad que cargaba después de la ruptura con Dolores, quizás por el agotamiento mental que me estaba quemando. En esas noches de insomnio lo que hacía era intentar explorar canciones que me relajasen, canciones donde no tuviera que intelectualizar nada sino dejarme sentir, y que, al mismo tiempo, me permitieran reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, que me aterrizaran en el ahora. Muchas lograron su cometido, otras me devolvieron ese manojo de nervios que tanto estaba evitando enfrentar, y me susurraban que sanar no era lineal.
Fue así como acabé dejando comentarios en los videos de estas canciones como un método de expresión, una manera de sacar lo que tenía dentro sin que tuvieran que llegar a su destino. No me importaba si alguien más leía, en realidad no era la intención, solo deseaba hablarle al fantasma que nunca se hizo presente en mi vida, dejarle algún recado a manera de reseña. Quería darle forma y color a ese dolor que me consumía los órganos aunque me era insufrible hablar de ello.
La primera que recuerdo haber hecho fue a medidados de enero, en la canción The Trip, de Still Corners.
Esta, por ejemplo, fue en Drive, de Paradise Motel. También en enero. Dos días después. Tiene un "like". Alguien lo leyó.
En febrero llegó este, en High, de James Blunt.
El último fue en Marzo. En What sound, de Lamb. Para este entonces, mis palabras se iban agotando de nuevo, y decidí que a lo mejor debía dejar de hacerlo, porque ya no tenía nada más qué decir, porque ya mi perspectiva de ella había cambiado bastante.
Las letras de las canciones poco importaban, yo lo que buscaba era contención, por eso acabé creando una lista de reproducción donde añadiera sonidos que me generaran la misma sensación de sosiego:
Solo hay cenizas de lo que antes ardió, y yo me convertí en el pucho medio arrugado que la desprende a medida que se va consumiendo, es la mejor manera de sangrar para uno mismo.
La portada es una propia que saqué en el metro. Porque hay momentos en donde me siento estación.
Supongo que lo mejor de este viaje es poder ver todo con mayor claridad ahora mismo. Casi seis meses después. No sé lo que siento con exactitud, pero sé lo que necesito en mi vida, eso lo he tenido claro desde que partí de su lado. Sé lo que debo hacer para seguir adelante. Empecé a soltarle de a poco en ese entonces, lo que ella me hizo era el empujón que necesitaba para arrancarme los estragos de una aflicción casi patológica. Cuando me hizo daño me di cuenta: ya no tenía razones para seguirlo intentando. Eso me decía mucho... El dolor y la decepción eran más grandes que el amor que podría estarle teniendo. Anoche me despedí definitivamente de su persona, solo que ella nunca lo supo.